Entre otras cosas porque, a la hora de disfrutar de cualquier deporte, lo más importante, más aún que un juego bueno o espectacular, es la emoción, la incertidumbre. Ver cualquier partido sabiendo a ciencia cierta quien va a ganar pierde mucho, no nos engañemos.
En estos momentos se están disputando las semifinales de la liga ACB de baloncesto. Todo parecía preparado para un paseo triunfal de Barcelona y Real Madrid, máxime cuando los segundos se habían librado de medirse con el equipo que, por clasificación, sería el otro semifinalista natural, el Valencia.
El Barcelona, intratable de momento, está cumpliendo las expectativas.
Pero al Real Madrid le ha salido un duro hueso de roer en los vizcaínos. Hasta el punto que, ayer, perdieron una larga imbatibilidad en cancha propia, con lo que marchan con un empate a uno a tierras vascas o, lo que es lo mismo, con el hipotético factor cancha en contra.

Los de negro, en el segundo partido, dieron toda una lección, llegando a ponerse 19 puntos arriba en el marcador. Éso significaría la sentencia contra casi cualquier rival. Pero no contra el Madrid, no en Madrid. Los capitalinos consiguieron remontar e, incluso, adelantarse de nuevo en el marcador.
Es ahí donde debemos incidir en el plus de mérito del Bilbao. Cualquier otro equipo se hubiera venido abajo. Ver esfumarse la victoria de ese modo es como para bajar los brazos. Pero no fue así. Apretaron los dientes y consiguieron, canasta a canasta, acabar llevándose el gato al agua. Magnífico trabajo.
Han logrado meter el miedo en el cuerpo a los favoritos. Y pase lo que pase, seguirán o caerán, pero por la puerta grande.
¿Mi opinión? El Real Madrid pasará. Hará valer su calidad. Veo casi imposible que el Bilbao Basket aproveche el factor cancha, lo que significaría ganar los dos partidos en tierras vascas. Muy difícil, casi imposible. Encadenar tres triunfos seguidos ante los blancos.

Más probable veo que, en el Bizkaia Arena, también se repartan los triunfos, con lo que volverían a Madrid con un empate a dos.
Lo más probable es que, una vez allí, Llull y compañía no dejen escapar la victoria.
Pero, por lo menos, ya no las tienen todas consigo.
Y, por lo menos, los aficionados al basket, pueden disfrutar de una gran semifinal, con buen juego y emoción.