Si algo gusta en casi todas las competiciones, en casi todos los deportes, es ver equipos o deportistas en principio de menor categoría tratando de tú a tú e incluso superando a los grandes favoritos. Da igual que hablemos de fútbol, baloncesto, tenis. Es muy común la tendencia del espectador neutral a ponerse del lado del más débil.
Entre otras cosas porque, a la hora de disfrutar de cualquier deporte, lo más importante, más aún que un juego bueno o espectacular, es la emoción, la incertidumbre. Ver cualquier partido sabiendo a ciencia cierta quien va a ganar pierde mucho, no nos engañemos.
En estos momentos se están disputando las semifinales de la liga ACB de baloncesto. Todo parecía preparado para un paseo triunfal de Barcelona y Real Madrid, máxime cuando los segundos se habían librado de medirse con el equipo que, por clasificación, sería el otro semifinalista natural, el Valencia.
El Barcelona, intratable de momento, está cumpliendo las expectativas.
Pero al Real Madrid le ha salido un duro hueso de roer en los vizcaínos. Hasta el punto que, ayer, perdieron una larga imbatibilidad en cancha propia, con lo que marchan con un empate a uno a tierras vascas o, lo que es lo mismo, con el hipotético factor cancha en contra.
Los de negro, en el segundo partido, dieron toda una lección, llegando a ponerse 19 puntos arriba en el marcador. Éso significaría la sentencia contra casi cualquier rival. Pero no contra el Madrid, no en Madrid. Los capitalinos consiguieron remontar e, incluso, adelantarse de nuevo en el marcador.
Es ahí donde debemos incidir en el plus de mérito del Bilbao. Cualquier otro equipo se hubiera venido abajo. Ver esfumarse la victoria de ese modo es como para bajar los brazos. Pero no fue así. Apretaron los dientes y consiguieron, canasta a canasta, acabar llevándose el gato al agua. Magnífico trabajo.
Han logrado meter el miedo en el cuerpo a los favoritos. Y pase lo que pase, seguirán o caerán, pero por la puerta grande.
¿Mi opinión? El Real Madrid pasará. Hará valer su calidad. Veo casi imposible que el Bilbao Basket aproveche el factor cancha, lo que significaría ganar los dos partidos en tierras vascas. Muy difícil, casi imposible. Encadenar tres triunfos seguidos ante los blancos.
Más probable veo que, en el Bizkaia Arena, también se repartan los triunfos, con lo que volverían a Madrid con un empate a dos.
Lo más probable es que, una vez allí, Llull y compañía no dejen escapar la victoria.
Pero, por lo menos, ya no las tienen todas consigo.
Y, por lo menos, los aficionados al basket, pueden disfrutar de una gran semifinal, con buen juego y emoción.
lunes, 30 de mayo de 2011
jueves, 26 de mayo de 2011
¿Agüero pesetero?
Primera entrada de este nuevo blog al que os doy la bienvenida, ya que sois tan amables de estar leyéndolo en estos momentos. Como podéis ver, aún está en pañales. Ya lo iré vistiendo poco a poco.
Recién acabada la Liga, es momento, para todos los equipos que ya han hecho los deberes (o no) de ir programando la siguiente campaña. Sobre todo, la plantilla de la siguiente campaña. Es momento de noticias, rumores, tiras y aflojas, bombazos...
Y ya que de bombazos hablamos, comencemos por el que, con permiso de Jorge Valdano, está siendo el más sonoro. La marcha del Kún Agüero del que ha sido su club los últimos cinco años, el Atlético de Madrid.
El futbolista, que ya lo tenía decidio hace tiempo, lo ha mantenido en el más absoluto de los secretos. Comprensible y adecuado. No era cuestión de dinamitar la situación, tal y como estaba el club, con una noticia como esta.
Ahora, algunos se echan las manos a la cabeza. Otros le califican poco menos que de traidor y piden para él las penas que la alta traición conlleva.
No siento una particular simpatía por el Kún. Le he visto pisar en el suelo a algún rival sin balón por medio. No me gusta eso.
Pero, sin embargo, quiero utilizar esta primera entrada de mi blog para sacarle la cara.
Señores, el amor a los colores es muy bonito. Pero un futbolista es un profesional, un trabajador, mejor o peor pagado. Tiene derecho, y casi obligación para con su familia, de optar por las mejores ofertas. Es lógico. Es normal.
Si yo trabajo en Conservas Pepe cobrando mil euros al mes y me viene Conservas Juan para ofrecerme unas condiciones mejores, pués lo siento por Pepe y ¡viva Juan! Y punto.
Que si traidor, que si pesetero...
Ni que el Kún hubiera nacido en un taxi junto a la fuente de Neptuno. Hace años, recuerdo, a Pedja Mijatovic le pasó algo semejante cuando dejó el Valencia para recalar en el Real Madrid. Escoció, y mucho, a la afición ché. Y le pusieron a bajar de un guindo.
¡Pesetero!
Éso es lo que les llaman. Pero yo creo que se olvidan que para llegar al Valencia o para llegar al Atlético de Madrid, Mijatovic y Agüero dejaron otros clubes, Partizan e Independiente.
¿Dejó Pedja Mijatovic el Partizan por prescripción facultativa? ¿Dejó Sergio Agüero a Independiente para buscar a su mamá en Madrid? ¿No fueron peseteros entonces? ¿No les importó a sus nuevas aficiones que lo fueran? Entonces les parecerá normal que vuelvan a serlo.
O es que para dejar otro equipo y venir al tuyo no hay que ser pesetero.
Recién acabada la Liga, es momento, para todos los equipos que ya han hecho los deberes (o no) de ir programando la siguiente campaña. Sobre todo, la plantilla de la siguiente campaña. Es momento de noticias, rumores, tiras y aflojas, bombazos...
Y ya que de bombazos hablamos, comencemos por el que, con permiso de Jorge Valdano, está siendo el más sonoro. La marcha del Kún Agüero del que ha sido su club los últimos cinco años, el Atlético de Madrid.
El futbolista, que ya lo tenía decidio hace tiempo, lo ha mantenido en el más absoluto de los secretos. Comprensible y adecuado. No era cuestión de dinamitar la situación, tal y como estaba el club, con una noticia como esta.
Ahora, algunos se echan las manos a la cabeza. Otros le califican poco menos que de traidor y piden para él las penas que la alta traición conlleva.
No siento una particular simpatía por el Kún. Le he visto pisar en el suelo a algún rival sin balón por medio. No me gusta eso.
Pero, sin embargo, quiero utilizar esta primera entrada de mi blog para sacarle la cara.
Señores, el amor a los colores es muy bonito. Pero un futbolista es un profesional, un trabajador, mejor o peor pagado. Tiene derecho, y casi obligación para con su familia, de optar por las mejores ofertas. Es lógico. Es normal.
Si yo trabajo en Conservas Pepe cobrando mil euros al mes y me viene Conservas Juan para ofrecerme unas condiciones mejores, pués lo siento por Pepe y ¡viva Juan! Y punto.
Que si traidor, que si pesetero...
Ni que el Kún hubiera nacido en un taxi junto a la fuente de Neptuno. Hace años, recuerdo, a Pedja Mijatovic le pasó algo semejante cuando dejó el Valencia para recalar en el Real Madrid. Escoció, y mucho, a la afición ché. Y le pusieron a bajar de un guindo.
¡Pesetero!
Éso es lo que les llaman. Pero yo creo que se olvidan que para llegar al Valencia o para llegar al Atlético de Madrid, Mijatovic y Agüero dejaron otros clubes, Partizan e Independiente.
¿Dejó Pedja Mijatovic el Partizan por prescripción facultativa? ¿Dejó Sergio Agüero a Independiente para buscar a su mamá en Madrid? ¿No fueron peseteros entonces? ¿No les importó a sus nuevas aficiones que lo fueran? Entonces les parecerá normal que vuelvan a serlo.
O es que para dejar otro equipo y venir al tuyo no hay que ser pesetero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)