jueves, 22 de septiembre de 2011

PARADOJAS DE LA LIGA

Inmersos, como estamos, en la disputa de la cuarta jornada del calendario liguero (que sería la quinta de no mediar esa especie de huelga que se produjo) hay una serie de aspectos que merece la pena comentar.

La Liga, ha tenido un comienzo convulso, por un lado, por el plante de la AFE y, por otro, por las maniobras de Del Nido, presidente sevillista, en pos de un reparto más justo de los ingresos televisivos.

En el origen de su reclamación estaba, más allá de la enorme diferencia entre lo que reciben Real Madrid y Barcelona, su proyección en los resultados ligueros, con la abismal distancia que se produjo entre los dos equipos punteros y el resto la pasada campaña.

Pero, como si de un agorero se tratara, los resultados, aunque sea a corto plazo, están defenestrando esta tesis.

Es paradójico que en esta Liga tan desigual, la clasificación la comande el Valencia, aún después de haber jugado ya contra el Barcelona.

Es paradójico que sus escuderos a fecha de hoy sean, ni más ni menos, que Málaga y Betis. De hecho, los verdiblancos podrían alzarse hoy al primer puesto si sacan adelante su choque en casa contra el Zaragoza.

Es paradójico que el invencible Barcelona sólo haya ganado dos de los cuatro partidos, habiéndose dejado en el camino cuatro de los doce puntos en juego, un tercio. Esta proyección les llevaría a unos 76 puntos al final del Campeonato, lejos de sus últimas campañas.

Es más paradójico todavía que su gran rival, el Real Madrid, que en la Supercopa de agosto demostró haber igualado sus fuerzas y su juego con los catalanes, vaya todavía peor, no haya marcado un gol ni al Levante ni al Santander, esté mostrando un nivel de juego muy pobre y no esté, aún, ni en puestos europeos.

La paradoja Madrid y la paradoja Barcelona, es de suponer, en mes o mes y medio serán agua pasada, pero, hasta la fecha, es lo que hay.

También es paradójico que el eternamente a la deriva Atlético de Madrid haya sufrido la baja involuntaria de se estrella, Agüero, y la no menos importante de Forlán, y, sin embargo, esté viviendo una especie de luna de miel con el gol, gracias a la brillantez de su nueva figura, Falcao.

Y, por último, para paradojas a día de hoy, la del Athlétic de Bilbao, un equipo que, hace cuatro años, atravesaba un delicado momento económico al tiempo que se codeaba con los puestos cercanos al descenso, llegando a salvarse en la última jornada. La brillante gestión de Fernando García Macua y el trabajo en el banquillo de Joaquín Caparrós le llevaron a sanear la economía y a luchar por Europa, logrando clasificarse para la antigua UEFA en dos ocasiones, amén de volver a disfrutar de una final de Copa décadas después.

Y es paradójico porque todo este bagaje no sirvió de nada. Los socios decidieron quitar de en medio a Macua para poner en su lugar a un gris e inexperto Josu Urrutia, jugador señero y querido en su tiempo, pero, no por ello, un Presidente de garantías. No se atrevió a mantener un debate con su antecesor en la campaña. Estaba claro que su caladero de votos no venía dado por las propuestas o las ideas. No se sabe muy bien su opinión en el tema Del Nido, siendo el Athletic uno de los equipos con más cartel y más perjudicados en el reparto. Y, además, decidió borrar de un plumazo el trabajo deportivo de cuatro años, que estaba dando sus frutos, para partir de cero con otro técnico y otro tipo de fútbol totalmente diferente, Bielsa.

¿Para lograr qué? ¿Dónde nos garantiza llegar el Loco que fuera inalcanzable para Caparrós? El equipo estaba hecho. Iba hacia arriba. Ahora, otra vez vuelta a empezar. Por lo pronto, ya presentan el segundo peor comienzo liguero de la historia. Seguro que los resultados acaban llegando, pués la plantilla es buena, pero si tardan un poco quizá se encuentren con un año perdido, no se sabe muy bien por qué.

O sí. Al fin y al cabo, Urrutia tiene una enorme ventaja en su haber frente a Macua. Es nacionalista. Para algunos, como tiene que ser.